22 jun 2014

VIERNES, REGRESO A CASA!

Llego el viernes. Habia pasado una noche regular, me desperté en varias ocasiones. Una de las enfermeras me habia dicho que en cuanto se acabara la bolsa de suero que tenia puesta, me quitarian la via, porque era ya la ultima. Estaba tan ansiosa porque me la quitaran para poder moverme con mas independencia, que me desperté varias veces para mirar si la bolsa ya se habia acabado.
Poco antes de las tres de la mañana vi que se habia acabado y rapidamente pulsé el boton para llamar a la enfermera. Vino y le dije: "Ya puedes quitarme la via..." jejeje. Me dijo, "espera, que tengo que mirar tu dossier". Salio de la habitacion y volvio al minuto. "No, aun queda una bolsa mas de suero por ponerte".
Uf... y para eso me habia despertado yo obsesionada con la idea de libertad?? jejeje. Bueno, si no hay mas remedio... total, estoy aqui para obedecer...

Me levanté antes de las ocho de la mañana. Fui al baño, me aseé, me cepillé los dientes y me tumbé en la cama a esperar mi desayuno. Desayuno?. Minutos después vino la celadora con una silla de ruedas. "Madame Quintana, nos vamos a hacerte la resonancia".
Me bajaron a rayos a las ocho y poco, antes de empezar las consultas para no tener mucho follon después. La resonancia duro menos de lo que esperaba, fue muy rapida. Ya me habian hecho dos en mi segundo embarazo y habian durado mas. Imagino que porque la otra vez era para calcular el peso exacto del bebé y en esta ocasion era para ver solo el utero.
Al salir de la resonancia vino a buscarme una mujer que no era la celadora de siempre. Se presento; "Buenos dias, Madame Quintana. Soy la doctora Dobrescu y te llevo a ponerte el pesario". Ella misma me llevo hasta la consulta empujando la silla de ruedas, fue muy amable conmigo. Por el camino me fue explicando en qué consistia eso del pesario. Al llegar a la consulta me enseño un pesario que tenia como muestra, para que lo pudiera tocar y familiarizarme con él. "Ese no es el que te voy a poner, el tuyo esta guardado en su bolsita". Jejeje.
Antes de introducirlo me hizo una eco vaginal para mirar el cuello del utero y medirlo.
Me preguntaba cada pocos segundos si estaba tranquila, si tenia miedo o alguna pregunta que hacerle. La verdad es que no estaba nada nerviosa ni me daba miedo pensar en que tenia que introducirme el pesario. Estaba tan convencida de querer ponérmelo por el bien de mis triges y el mio propio que sabia que era la mejor decision. Creo que le sorprendio verme tan relajada. Incluso me dio un papel para firmarlo, era mi consentimiento, y no dudé ni un segundo. Me dijo que yo no queria, ella no me lo pondria. Creo que me vio tan tranquila que penso que no me estaba enterando de nada. Jejejeje.
Llego el momento de introducir el pesario. Bueno, he de decir que es un poco, digamos, desagradable. Un poco doloroso, claro, porque una vez introducido hay que girarlo para que se coloque bien alrededor del cuello del utero y os podéis imaginar lo incomodo que es. Eso si, el dolor es completamente soportable, muy poquita cosa. Una vez introducido hay que repetir la eco vaginal para verificar que el pesario se ha colocado en su debido lugar. Confirmado, estaba perfectamente colocado. Me dijo la doctora que habiamos ganados unos milimetros. Perfecto!.

Pocos minutos después la celadora volvio a buscarme y me subio a mi habitacion. No habia pasado mucho tiempo, aun eran las nueve y pico y me daba tiempo de desayunar. Yo, como siempre, pensando en comer jejejeje. Desayuné tranquilamente y justo al acabar volvieron a buscarme para hacerme una segunda resonancia. Fue tan rapida como la primera. Hacer una antes y otra después de colocar el pesario forma parte del protocolo. Es un estudio que estan haciendo para verificar que el pesario tiene mas éxito que el cerclaje.

En otro post que he subido en el blog podéis visitar la Fundacion que dirige el profesor Jacques Jani, que es el que me hizo la cirujia y el que sigue mi embarazo junto a mis ginecologas. Otro dia subiré un post acerca del profesor Jani y su labor. Es una auténtica maravilla. Solo os puedo decir que es un auténtico privilegio estar en sus manos... después de las manos de Di*s, por supuestisimo!!.

Después de la segunda resonancia, vino la doctora. Me dijo que habia llegado la hora de irme a casa. Me pregunto si ya tenia la proxima cita con mi ginecologa y le dije que no, que no me habian dicho nada. Asi que se fue a por ella. En seguida me trajo la cita, para el lunes dia 23 al mediodia. Ecografia. También una cita con la gine de los analisis, peso y demas, el miércoles 25 a las 10:15h. Pero esa ya la tenia yo impresa. También me dio la receta para comprar en la farmacia las pastillas para evitar las contracciones, Utrogestan, tres veces al dia, una cada ocho horas. Y como a veces se me olvida, en seguida programé las alarmas en mi teléfono movil para que toque todos los dias a las 8:00h, a las 16:00h y a las 00:00h.
Era ya mas de mediodia. De nuevo, me vino a la cabeza la comida jajajaja. "Pues la hora que es ya no me dan de comer". Jajajaja. Pensaréis que estoy obsesionada. Jajajaja.
La enfermera vino a liberarme de una vez por todas de la via y el suero. Menudo alivio poder moverme con total independencia!. Aunque cuando llegué a casa, me levanté de la cama para ir al baño y la mano se me fue al aire como queriendo agarrar ese palo frio con ruedas del que colgaba el suero y del que tenia que tirar cada vez que me levantaba en el hospital para ir al baño. Me empecé a reir yo sola. No, si al final voy a echar de menos el suero y todo!.
Llamé a mi marido para decirle que podia venir a recogerme. Estaba de limpieza en casa.
La enfermera volvio para pedirme un favor. Me dijo que habia una mujer esperando ser ingresada, que estaba sentada en la sala de espera y que si yo era tan amable de recoger mis cosas y cambiarme por ella. "Por supuesto!". La enfermera me pidio disculpas y me dijo que le daba verguenza pedirme tal cosa, que si no fuera porque era realmente necesario jamas me hubiera pedido abandonar la habitacion con un poquito de prisas. Por supuesto la entendi, no tenia problema ninguno en irme a la sala de espera mientras llegaba mi marido, faltaria mas!.
Una vez recogi mis cosas, avisé a la enfermera. La asistenta de limpieza entro para dejar la habitacion lista para la proxima paciente y la enfermera me condujo a la sala de espera, donde estaba aquella mujer sentada esperando su ingreso. Me pregunto qué estaba haciendo alli, por qué habia estado ingresada y tal. Le conté mas o menos por encima todo. Ella me dijo que le faltaba poco para dar a luz y que el bebé estaba de nalgas y la ingresaban porque iban a intentar darle la vuelta al bebé. Es lo que tienen aqui, intentan por todos los medios evitar una cesarea. Le pregunté si era su primer embarazo porque la veia jovencita y me dijo que era el sexto!. Jejeje. Pocos minutos después estaba lista la habitacion y la ingresaron.
Cuando salio de la sala de espera, entro la enfermera con mi bandeja de almuerzo!. Ya no la esperaba, asi que me dio una alegria... jajajaja. Sopa de brocoli de primero, arroz blanco con un filete de pescado y verduritas en salsa por encima. De postre, un platano y una botellita de agua. Estaba todo riquisimo!.
Mientras estaba comiendo, aparecio mi marido por alli con una sonrisa de oreja a oreja. "Hola, mi amor!", y me dio un besazo!. Los niños estaban esperando dentro del coche porque Samuel se habia dormido, como siempre que se sienta dentro del coche... Me dijo que iba a bajar mis cosas en cuanto yo terminaba mi almuerzo. Cuando acabé, sali de la sala de espera, coloqué la bandeja en el carrito y me acerqué al mostrador para despedirme de las enfermeras. Me dijeron que habia sido muy amable colocando la bandeja en el carrito, ya ves!, menudo trabajon!. Les dije que les agradecia muchisimo a todas lo buenas que habian sido conmigo, tan amables, tan atentas y cariñosas. Me dijeron que esperaban verme por alli, pero en unas diez semanas! jejeje.

Sali del hospital completamente satisfecha del "trabajo" que habiamos realizado los triges y yo, pero sobre todo, completamente agradecida a Di*s por haber puesto en nuestro camino a las ginecologas que tengo y al profesor Jani, toda una eminencia en el pais. Sali con la conviccion de no volver a ser ingresada hasta el parto o solo un poquito antes.
En seguida vi a mi marido que se acercaba a mi tomandose un café. Me acompaño hasta el coche y alli encontré a mis dos hijos, tan tranquilos. Samuel se habia despertado pero estaba portandose super bien. En cuanto me vieron se les ilumino la cara. "Mamaaaa!", gritaron los dos. Cuando vieron que me subia en el coche se quedaron alucinados. Supongo que no pensaban que me iba con ellos a casa.

Y alli estabamos los siete, mi marido conduciendo hacia casa con una sonrisa que no se le quito de la cara en todo el trayecto; mis dos hijos sentados en la parte trasera del coche, tranquilos, portandose bien y felices de tener a mama al lado; mis triges moviéndose dentro de mi vientre demostrando una vez mas lo campeones y luchadores que son; y yo, feliz y agradecida de la familia que tengo.

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